Elegir la construcción industrializada desde el inicio del proyecto

¿Cuándo elegir la industrialización como técnica constructiva para un proyecto de edificación? Tanto para construir una casa modular como un proyecto de vivienda en altura, si se quiere optar por la construcción industrializada, es muy importante adoptar las decisiones oportunas en el momento idóneo. 

Tradicionalmente, la construcción es un sector aquejado por la dilación de plazos. Como es natural, en un proceso de trabajo lineal donde cada proceso depende del anterior y condiciona el siguiente, los contratiempos pueden afectar significativamente al resultado de la obra. Generalmente, el tiempo de ejecución es el factor que se ve afectado con mayor frecuencia. Por ejemplo, ante una inclemencia climática, como puede ser un periodo de fuertes lluvias, las obras se paralizan alargando el calendario del proyecto. 

En el caso de la construcción industrializada, estos contratiempos tienden a reducirse de forma considerable, siendo así una de las ventajas de esta técnica constructiva. La fabricación en un entorno controlado, así como la simultaneidad de actividades, son factores que mantienen el calendario de obra en orden y según lo previsto. Aun con todo ello, el cuándo sigue siendo un factor clave a la hora de optar por la construcción industrializada. 

Hace unos días, lanzábamos una encuesta en nuestro perfil de Linkedin (¿todavía no nos sigues? Pasa por aquí https://www.linkedin.com/company/vivialt ) sobre el momento más adecuado para elegir la industrialización para un proyecto. 

  • Cualquier momento es bueno
  • Desde el inicio del proyecto
  • Después de la fase de diseño
  • Iniciada la edificación

Estas fueron las opciones que planteamos, y solo una de ellas sigue nuestra recomendación: elegir la construcción industrializada desde el inicio del proyecto. ¿Por qué? Te lo contamos a continuación. 

Por un lado, el éxito de la construcción industrializada requiere una planificación temprana. Por esta razón, desde VIVIALT siempre recomendamos comprometerse con la solución desde el inicio del proyecto. 

Además, decidir utilizar esta alternativa después de la fase de desarrollo del diseño puede no producir las ventajas inherentes a la misma (se consiguen mejores calidades, se generan menos residuos y se reducen los riesgos laborales). 

No hay que olvidar que la industrialización implica algo más que tomar un edificio de diseño tradicional y dividirlo en componentes. Idealmente, la filosofía de diseño debe adoptarse desde el principio, asegurando que diversas consideraciones -incluidas las relacionadas con la geometría y las estrategias de materiales, la logística y la coordinación de decisiones- están totalmente integradas en el proceso. 

En general, diseñar con la construcción industrializada en mente desde el principio es la mejor opción para maximizar los beneficios y eficiencias que ofrece esta alternativa. 

Es imprescindible consultar con un fabricante tan pronto como se lance el anteproyecto, puesto que -como ocurre en algunas ocasiones- el industrial puede compartir parte de la responsabilidad de trabajo de diseño para garantizar la optimización del proyecto. 

Una gran diferencia a la hora de proyectar es que se requiere que se tomen más decisiones en una etapa temprana del proceso. Por ejemplo, la práctica en la construcción tradicional de que se continúe el desarrollo del proyecto cuando ya se ha iniciado la edificación, propiamente dicha, ha de ser evitada en la industrializada para garantizar todas sus ventajas.

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